EL IMPACTO DE LA HIDROELÉCTRICA EN EL RÍO TABASARÁ
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ZELIDETH CORTEZ
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Un estudio entregado por la ONU al gobierno y a los indígenas sostiene que con la construcción del embalse del proyecto se perderán tierras productivas, el balance ecológico y elementos culturales
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RECLAMO. Los ngäbes han estado cabildeando por la suspensión del proyecto Barro Blanco. El gobierno dijo que no lo hará. Foto: Archivo | La Estrella |
2012-12-26 — 12:00:00 AM — PANAMÁ. Las posibilidades de que los indígenas ngäbes y la empresa Generadora del Istmo (Genisa), desarrolladora de la hidroeléctrica Barro Blanco, lleguen a un acuerdo, parecen mínimas.
Al menos así se deja ver, tras la presentación del informe sobre la verificación de campo hecha en el río Tabasará, que utilizará Barro Blanco para generar energía eléctrica.
La misión que elaboró el trabajo entre el 23 y 28 de septiembre, conoció el modo de vida de los habitantes de las áreas anexas Quebrada Caña, Kiad y Nuevo Palormar, y su relación con el entorno. De esta manera quedó demostrado que estas comunidades practican una economía de subsistencia, en la cual los suelos de aluviones al borde del río son un activo ‘de importancia vital’.
LOS EFECTOS DEL EMBALSE
El reporte deja claro en sus conclusiones que ‘con la conformación del embalse (de Barro Blanco), se estarían perdiendo las pocas tierras productivas con que cuentan estas comunidades’. Además determinó que el área de influencia del proyecto hidroeléctrico incluye comunidades indígenas y campesinas con realidades y condiciones ‘disímiles’.
Agrega el informe que la construcción de la presa y la consecuente conformación del embalse implicaría ‘un cambio significativo en la dieta de las comunidades’.
Por ende, amplía, implicará un cambio en la calidad del paisaje. La información recopilada permitió afirmar que ‘existe un fuerte rechazo’, a este cambio.
De esta manera, sostiene el documento que entregó la semana pasada la ONU, ‘toda acción o decisión sobre el uso del río Tabasará, deberá tomar en cuenta el uso del río por las comunidades como medio para la obtención de proteína para consumo humano, transporte, lugar de esparcimiento, y como lugar que guarda petroglifos con especial valor cultural’.
El documento pide, además, tener en cuenta el impacto sobre el bosque de la rivera del río y las zonas de aluviones aledañas que lo convierte en ‘fuente de alimento y de alta productividad para cultivos de subsistencia, de madera y materia prima para la elaboración de artesanías, y plantas de uso medicinal’. Insiste en reparar en el espíritu de la Ley 11 de 2012, que regula las compensaciones.
Es que, arrojan los resultados de las mediciones, seis infraestructuras se inundarán por la crecida del río Tabasará, producto del embalse de Barro Blanco. Su impacto en las zonas anexas de las comarcas alcanzará 6 hectáreas más 9816. 86 metros cuadrados, una leve diferencia en comparación con la versión que dio a inicios de año Genisa, basada en su Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
LAS REACCIONES
Manolo Miranda, integrante de la comisión verificadora (como fiscalizador por la comunidad ngäbe) dijo estar satisfecho con los resultados. ‘Para nosotros fue muy importante esta verificación, se pudo comprobar que hay residencias que sí resultarán afectadas, que sí hay una cultura, y queda claro que el EIA aprobado por la ANAM a Genisa no cumplió con rigurosidad’.
El sacerdote Eusebio Morales, garante del diálogo entre el gobierno y los ngäbes por el tema hidroeléctrico también se mostró complacido por la culminación de este importante paso. ‘La misión de verificación es parte de la hoja ruta. Ahora vendrá el peritaje independiente y los resultades que se den todas las partes tendrán que acogerlo’.
La Estrella llamó a Julio Lasso, portavoz de Genisa, pero no contestó. El ministro de Gobierno, Jorge Ricardo Fábrega tampoco.
Este mes Barro Blanco —obra que, según el gobierno, no será suspendida— registró 35% de avance.