Según Genisa, la represa tendría una altura de 42 metros sobre la base, pero documentos de la ONU señalan que sería de 61.09 metros.
MARY TRINY ZEA C.
La incoherencia entre documentos presentados por la empresa Generadora del Istmo (Genisa) ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) y a la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), que varían el tamaño de la represa así como la capacidad energética, es la esencia del reclamo de una ONG europea que le pide al organismo internacional que restablezca su credibilidad.
Mecanismo de Desarrollo Limpio (CDM), una organización internacional con sede en Bruselas, pidió a la ONU la suspensión de los bonos de carbono a favor de Genisa, a los bancos congelar el respaldo económico y además la suspensión de la construcción de la hidroeléctrica de Barro Blanco.
“Genisa ha hecho declaraciones engañosas de que el área a inundar será más pequeña y que no impactaría a las comunidades”, dice el comunicado, respaldado por otras cuatro organizaciones ambientales, y que recalca en el rol imparcial que debe tener Naciones Unidas como facilitador del diálogo.
Los documentos
Inicialmente, el proyecto era de 19.8 megavatios, según el estudio de impacto ambiental (EIA) aprobado por la Anam, pero la capacidad aumentó a 28.8 megavatios, según muestra la documentación que tiene la ONU y mediante la cual Genisa solicita los créditos de carbono.
La altura de la represa según el EIA es de 42 metros sobre la base. Sin embargo, el documento de la ONU, al que obtuvo acceso este diario, revela que la represa tendrá una altura máxima de 61.09 metros sobre su base.
El EIA señala que “la superficie del embalse no debe superar las 234.34 hectáreas, lo que incluye la superficie ocupada por el río Tabasará”, pero el documento de Naciones Unidas dice que no debe sobrepasar 258.67 hectáreas. Es decir 24.33 hectáreas más de tierras en zonas anexas comarcales.
Julio Lasso , vocero de Genisa, advierte que el proyecto es el mismo y todo se explica en la adecuación del EIA de la Anam.
Asegura que los mapas estaban en una escala y la variación se reflejó al hacer trabajos topográficos en campo, pero que las zonas anexas afectadas de la comarca Ngäbe Buglé siguen siendo 6.7 hectáreas, como ha reiterado la empresa.
Agrega Genisa que la altura de la represa se amplió excavando más profundo. “No subimos el nivel de la presa”, dijo.
“Una cosa es que se mida un proyecto en un mapa [ya que] la misma medición en plano al hacerla en campo da más, pero la altura de la represa a inundar sigue siendo 103 metros sobre el nivel del mar”.
En lo que sí concuerdan el EIA aprobado por la Anam y el documento de la ONU es precisamente que el nivel máximo de operación del embalse es de 103 metros sobre el nivel del mar.
´No cuadran´
Sin embargo la credibilidad de estos documentos está en juego. “¿Cómo se podrá mantener en 103 metros si la superficie del embalse subirá a 258.67 hectáreas? Las cifras no cuadran”, cuestiona Óscar Sogandares, de la Asociación Ambientalista de Chiriquí, quien pide su cancelación.
Agregó que si con 234 hectáreas se afectaban 6.7 hectáreas de zonas anexas a la comarca, con 258.6 deben afectarse unas 7.4 hectáreas.
Según el documento de los cambios al diseño, presentado por Genisa a la Anam, se hizo una modificación de aumento del caudal de 70 a 75 metros cúbicos por segundo, lo que incrementará la capacidad de energía de la planta hidroeléctrica. Otro estudio de Genisa, el socioambiental, indica que para hacer el embalse de la planta de 28.5 megavatios en un terreno de 258 hectáreas se removerán 20 mil árboles, pero se compensará con 200 mil.
Posible acuerdo en la mesa 1
El diálogo entre la dirigencia indígena y los negociadores del Gobierno para definir el futuro de la hidroeléctrica de Barro Blanco y la redacción del artículo 5 del proyecto de ley 415 se extendió ayer hasta altas horas de la noche, con visos de un posible acuerdo.
A lo largo del día en las oficinas de Naciones Unidas en Clayton, sede del diálogo, fuentes vinculadas con las negociaciones informaron que las partes estaban decididas a concluir en buen término las negociaciones.
A diferencia de los días previos, cuando un representante de la mesa del diálogo salía aproximadamente a las 6:00 de la tarde para informar sobre los avances de las conversaciones, esta vez ninguna de las partes salió a informar a la prensa lo que se había acordado hasta el cierre de esta edición.
La sesión de ayer se extendió por más de doce horas. Poco antes de las 6:00 de la tarde se conoció que hubo un acuerdo en la mesa 1, que trataba el artículo 5 del proyecto 415, que crea la ley especial para la prohibición de la minería y protección de los recursos hídricos en la comarca Ngäbe Buglé. Este artículo trata sobre la prohibición de proyectos hidroeléctricos en la comarca y área anexas.
Incluso, representantes del Gobierno y miembros de la Coordinadora por la Defensa de los Recursos Naturales y los Derechos del Pueblo Ngäbe Buglé y Campesinos firmaron el acuerdo, según se conoció. Sin embargo, a pesar de que se anunció que ya se estaba cerca de un acuerdo en la mesa 2, relativa al proyecto de Barro Blanco, este punto prolongó el debate anoche.
Gustavo A. Aparicio O.
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