AMBIENTE
Moradores de Macaracas piden reconocer reserva de Buena Vista como área protegida
Alcibíades Cortez, BUENA VISTA, Los Santos 18 jul 2019 - 18:02h
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Desde el 2013 el Banco de Desarrollo Agropecuario creó la reserva de unas 107 hectáreas. Expandir Imagen
Desde el 2013 el Banco de Desarrollo Agropecuario creó la reserva de unas 107 hectáreas. Alcibiades Cortez / Especial para La Prensa
Pobladores del distrito de Macaracas solicitaron este jueves 18 de julio a las nuevas autoridades del Ministerio de Ambiente (Miambiente) la tramitación para reconocer como área protegida la reserva de Buena Vista.
Desde el 2013 el Banco de Desarrollo Agropecuario (BDA) creó la mencionada reserva de unas 107 hectáreas, ubicada en el corregimiento de Mogollón, en la provincia de Los Santos, pero hasta la fecha el ministerio no la ha registrado como área protegida, según los residentes de la zona.
Raúl Escobar, morador del corregimiento de Las Palmas, manifestó que el objetivo de esta reserva es conservar la microcuenca del río Cacao, que en agosto de 2007 se creó mediante acuerdo municipal.
"Se necesita acondicionar la cerca perimetral de la reserva, el levantamiento de un plan de manejo y los estudios de flora, fauna y de hidrología", dijo.
Allí, más de 20 especies entre flora y fauna, en su mayoría en peligro de extinción, han sido identificadas en el informe de justificación del establecimiento de la nueva reserva Buena Vista, sobre las 107 hectáreas ubicadas en el corregimiento de Mogollón.
Unas cuatro especies en peligro de extinción están siendo amenazadas por la cacería furtiva en la reserva Buena Vista.
Aunque aún existen algunas especies propias de la zona, como gavilán aludo, perico carisuicio, casanga, búhos, golondrinas y palomas, el resto de la fauna está siendo amenazada por la cacería furtiva.
Con esta creación se busca proteger los nacimientos de ríos y quebradas que alimentan los ríos Cacao y Estivaná, donde más de 4 mil macaraqueños se abastecen de agua, así como la flora y fauna de la parte media y baja de las cordilleras de los cerros Canajagua y Quema, lo que la convierte en refugio de vida silvestre.
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