Weni Bagama en su exposición en Lima, Períu |
Por Oscar
Sogandares Guerra
Como suliare (no ngabe) he presenciado la
lucha del Movimiento 10 de Abril para Defensa del Rio Tabasará, M10 por varios
años y humildemente he promovido su causa en los medios nacionales e
internacionales. Conozco personalmente en mis años de lucha con el M10 quienes
son las familias afectadas directas por
el proyecto Barro Blanco. También
conozco los que son afectados indirectamente que también protestan y también los
aplaudo. Lo que no puedo aceptar son
aquellos que se hayan puesto a denigrar la lucha que el M10 ha llevado a cabo
por 15 años y a las personas afectadas directas quienes día a día tienen que
vivir con la angustia cuándo serán inundadas sus tierras.
Actualmete
el Proyecto Barro Blanco se encuentra entre los proyectos más desprestigiados
del mundo y ha sido por el constante peregrinar de los voceros del movimiento en
los foros internacionales para dar testimonio de primera mano sobre la
injusticia y los abusos de los derechos humanos en que se hallan el pueblo
ngabe y campesino ante los intereses de este proyecto.
Hemos
viajado hasta Alemania país sede del Banco DEG financiadora de este proyecto para
declarar la verdad de este nefasto proyecto ante la prensa y autoridades
alemanas y ante la sede principal del Mecanismo de Desarrollo Limpio, que de
limpio tiene muy poco, en Bonn. Me recuerdo como el secretario que presidia (en
ese momento de Angola) hablaba bellezas de como el MDL acataba las reglas de
consulta a las partes afectadas. Seguidamente
la vocera del M10 Weni Bagama, ngabe residente en Kiad de la Comarca expuso que
ella era una parte afectada y a ella jamás se le consultó. La conmoción que
produjo esta declaración en el público era indescriptible. Los funcionarios
tercermundistas decían que si todos los países seguían las reglas jamás se
certificarían los proyectos. Pero las
representantes europeos declaraban que la ONU si les exigían respetar los
derechos humanos, pero a ellos no. La
intervención de Weni sirvió para desenmascarar la falsedad e hipocresía que
impera en estos organismos internacionales.
A
diferencia de comentarios mal intencionados que circularon en las redes
sociales, el M10 jamás ha viajado a Holanda hasta la fecha. Pero nuestra vocera
si ha viajado a Guatemala para el 5to encuentro de la REDLAR (Red
Latinoamericana Anti-Represas) en el Petén, gracias a los aportes de grupos
chiricanos, donde expuso la grave situación de violación de los derechos
humanos en torno a Barro Blanco y donde se solidarizó con los compañeros de
Guatemala y del continente entero quienes sufren serios abusos y atropellos por
los proyectos por parte de las autoridades en contubernio con los intereses
creados.
También asistió al
encuentro de los Pueblos Indígenas del continente en Colombia. El último
viaje al que sí asistió nuestra vocera en compañía de este servidor fue al
Perú y donde yo mismo me pague mi propio pasaje. Allí se celebraba al COP20 en Lima que esta vez estuvo tomado por
funcionarios como John Kerry y delegaciones comerciales y las compañías
petroleras y personalidades como Al Gore y Leonardo DiCaprio. Lógicamente no
asistimos a tal evento, aunque si hubo una delegación de Bangladesh el país más
afectado por el cambio climático que costeó su viaje desde el otro lado del
mundo y se les negó la entrada. Pero si asistimos a la Cumbre de los Pueblos
donde Weni Bagama hizo una magnífica exposición acompañada por diapositivas
nuestras que ilustraban nuestra lucha y denunciaban el salvaje ataque y atropello a la que fuimos sometidos por las
fuerzas de seguridad a servicio de Barro Blanco. Presentación que inclusive hizo exclamar a
uno de los presentes al que se presentó como “curandero y chamán inca” que no
sabía si éramos “terroristas”. Al que le
respondió nuestra vocera que más bien éramos víctimas del estado de terror al
que le habían sometido el proyecto.
También
asistimos a la Gran Marcha de los Pueblos y Justicia Climática donde más
de 20 mil personas y delegaciones de
todo el mundo desde Bangladesh, Filipinas, Estados Unidos, Brasil, Perú y
Bolivia desfilaron por las calles de Lima.
El lema que más me llamó la atención fue “no existe desarrollo
sustentable sin derechos humanos.” Aprovechamos igualmente pasar Navidades con mis
familiares que no habíamos visto en décadas.
Afortunadamente
el panorama ha cambiado con el nuevo gobierno quienes han respondido
positivamente a nuestros pedidos y las fuerzas policiales fueron retiradas del
proyecto donde actualmente persiste el campamento original. Y por primera vez fue suspendido el proyecto
por violaciones a su propio y deficiente EIA, hecho que causo alegría en todo
el mundo y preocupación en los círculos de “empresarios”. Siempre guardamos fe
y esperanza que ocurra un milagro y le rogamos a nuestro Dios Todopoderoso que el proyecto sea cancelado
definitivamente. Pero ahora no es el
momento de buscar falsos protagonismos y divisionismo que solo sirven a aquellos que quieren promover sus propias agendas,
actuando así a conveniencia de la empresa y del proyecto.