viernes, 9 de mayo de 2014

Ngäbes denuncian nueva represión policial - La Prensa

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        Ngäbes denuncian nueva represión policial
        
        Según los activistas del M-10-4, ellos no provocaron a los policías ni buscan la violencia, pero defenderán a toda costa su patrimonio natural, el río Tabasará.
        
        REDACCIÓN DE LA PRENSA
        nacionales@prensa.com
        
        PELIGRO. Ceferino Jiménez hace una mueca de dolor tras recibir un impacto en el rostro. Cortesía.
        
        09/05/2014 - Agentes antidisturbios de la Policía Nacional (PN) volvieron a agredir a miembros del Movimiento 10 de Abril (M-10-4), apostados en las márgenes del río Tabasará, donde se construye la hidroeléctrica Barro Blanco, según denunció uno de sus líderes, Ricardo Miranda.
        
        Explicó que los policías lanzaron gases lacrimógenos y dispararon perdigones contra los activistas del M-10-4, un grupo indígena que lucha por la defensa de los recursos naturales comarcales.
        
        Producto del asalto, Ceferino Jiménez recibió una herida en una mejilla, por la cual sangró profusamente, mientras que mujeres, niños y ancianos debieron huir en desbandada, para no ser afectados por los gases y proyectiles.
        
        Según Miranda, el ataque policial, que busca disuadirlos de su lucha, empezó a eso de las 3:00 p.m., de ayer, en la margen del río, donde tienen su campamento, frente al área que ocupan los policías en la otra orilla.
        
        “Queremos que se cancele el proyecto y no vamos a desistir, porque comunidades indígenas como Kiad, Quebrada de Caña y El Palmar se verán afectadas por este embalse, y ellas dependen de la tierra y el agua para subsistir”, señaló el dirigente.
        
        Frente a estas denuncias, la vocera de la PN, Mara Rivera, rechazó la denuncia de Miranda, y aclaró que los agentes policiales no utilizan perdigones para disuadir a los manifestantes, sino gases lacrimógenos.
        
        Añadió que las acciones policiales surgen solo en caso de que los indígenas intenten penetrar en los predios de construcción de la hidroeléctrica o pretendan atentar contra las maquinarias de la empresa contratista.

lunes, 5 de mayo de 2014

POLICÍA DE PANAMÁ ATACA CAMPAMENTOS DE PROTESTA NGÄBE

por Richard Arghiris Abril 27, 2014

Todas las Fotos Credito: Ricardo Miranda

Al menos siete activistas indígenas Ngäbe han resultado heridos cuando la policía atacaron sus campamentos de protesta en las primeras horas del viernes 25 de abril.

Las orillas del río Tabasará en el oeste de Panamá hoy son escenario de enfrentamientos esporádicos entre las tropas antimotines armados, según informes llegando a 200, y los grupos de manifestantes que se han unidos contra la infame represa hidroeléctrica.Barro Blanco

El conflicto se había estado gestando durante meses. Miles de habitantes indígenas y campesinas dependen del Tabasará para su sustento y son objeto de ser catastróficamente afectados por el proyecto, considerado por muchos como inadecuadamente consultado e ilegal. Se proyecta que su embalse inundará las comunidades, destruirá centros culturales, sumergirá sitios arqueológicos, inundando terrenos agrícolas fértiles, y exterminará por completo las especies migratorias de peces del río.

La decisión de desalojar a los Ngäbe, que durante meses acampaban pacíficamente en la orilla del río cerca de sus comunidades de la Comarca Ngäbe-Buglé, fue ampliamente anticipada después que su reclamación judicial suprema fuese rechazada la semana pasada.

En declaraciones al diario El Nacional, Mara Rivera, portavoz de la Policía Nacional de Panamá, insistió en que "sólo gases lacrimógenos" había sido utilizado para dispersar a los campamentos. Sin embargo, los propios Ngäbe afirman haber sido disparado con balas de goma. Dicen que uno de los manifestantes, Julio Carpintero, sufrió heridas graves después de ser baleado en la cara.

Ninguno de los Ngäbe heridos han sido llevados a centros médicos por temor a ser arrestados. En cambio, están siendo atendidos en sus propias comunidades. Según Rivera, tres miembros de la policía nacional también resultaron heridos después de que la Comarca Ngäbe respondiera con piedras y hondas. Hasta ahora, nadie ha sido arrestado.

El momento de la represión es inusual, llegando tan sólo una semana antes de las elecciones nacionales. Tiene el potencial para inflamar los resentimientos de larga data contra lo que muchos panameños indígenas consideran como un gobierno corrupto apto para servir a sus propios intereses antes de proteger los derechos humanos básicos de sus minorías étnicas. Si el conflicto se intensifica y atrae apoyo de las bases de la Comarca en otras partes, el país podría enfrentarse a graves perturbaciones.

"Podría causar una crisis constitucional en víspera de las elecciones cuando [el presidente] Martinelli o la policía se resisten cuando el Tribunal Electoral toma el mando de la policía mañana", dijo Eric Jackson, analista político y periodista.

Encendiendo no menos de cuatro grandes episodios de disturbios civiles desde que llegó al poder hace cinco años, el presidente Martinelli tiene una larga y fatigado historial de errores de cálculo político y torpeza en relaciones públicas. Fue descrito en filtrados cables diplomáticos de Estados Unidos en 2010 como "autocrático, un bully y chantajista" y "[posiblemente] dispuesto a dejar de lado el estado de derecho para lograr sus objetivos políticos y de desarrollo”.

Históricamente, los resultados de las posturas machistas del presidente hablan por sí mismos. En 2011, sus planes de abrir una mina en la Comarca por sus lucrativos yacimientos de cobre provocaron movilizaciones de masas y terminaron en violencia grotesca y derramamiento de sangre. Un año más tarde, cuando tensiones sobre los derechos mineros se encendieron una vez más, la represión policial brutal y la muerte se produjeron. Hoy, en las orillas del Tabasará, en la víspera de la salida de Martinelli de poder, queda por verse si la historia se repita. Su vigilancia se solicita en este momento incierto.